LABMAE Laboratorio de la Memoria de las Artes Escenicas: Sesión #3 INTERIORIZANDO EL ESPACIO

Sesión #3 / SAB. 23 ENE 16

Fotografía tomada por mi, actividad de las bioinstalaciones.

Primera Parte Participativa por Mariela Richmond y Rebeca Woodbrige

Nombre de la Actividad: Apropiación del espacio

Instrucciones:

Formar un círculo con los participantes.

Establecer contacto visual con todos los participantes del círculo.

Jugar "voy, venga".

Dividir el grupo en dos partes iguales, formar hileras y ubicarlas frente a frente.

Establecer las parejas de trabajo.

Jugar al espejo con el compañero, primero solo con las manos; guía uno y luego el otro.

Se juega al espejo pero con ambas palmas con el compañero.

En contacto muñecas con muñecas con el compañero experimentar las distintas posibilidades de movimiento.

Uno de los participantes de la pareja es guiador y el orto es ciego, el ciego describe sus sensaciones y emociones, mientras que el guía los anota y luego se las dice al oído al ciego.

Contar las experiencias personales en grupo.

Tiempo aproximado: 60 minutos.

Experiencia Personal:

Creo que el primer objetivo de las actividades de hoy era, ser perceptivo con el espacio, apropiarse, reconocerlo y reinterpretarlo. Ya que habíamos estado muy pocas veces en ese lugar, la tarea parecía ser darle nuevas lecturas al espacio.

Comenzamos por formar un círculo entre participantes y facilitadores, la primer indicación fue establecer contacto visual con cada uno de los integrantes en el mismo círculo, para mi fue como romper barreras entre nosotros mismos; no hemos tenido la oportunidad de conocernos todos y me pareció que la actividad permitió al menos por un instante prestarle atención a cada uno de los compañeros. Fue como saludarlos con la mirada y abrirnos entre nosotros mismos.

Seguidamente jugamos a "voy, venga", mediante el contacto visual con alguno de los compañeros el primero dice "voy" y el otro "venga", simultaneamente cambian de lugar el uno con el otro. Comenzamos con una persona diciendolo, hasta que estuvieron tres personas diciendolo. Había que estar muy abierto con los sentidos a los estímulos de los compañeros, entre más movimiento había era más disperso el asunto, más difícil de establece contacto.

Nos dividimos en dos grupos iguales y formamos hileras; uno frente al otro para así formar parejas. Establecidas las parejas, empezamos a relacionarnos mediante la actividad del espejo, donde uno guía y el otro sigue al guiador; en esta ocasión fue buscar las posibilidades que habían únicamente con las manos. Luego fue con las palmas de las manos y después muñecas con muñecas, en donde ya teníamos la posibilidad de trasladarnos y experimentando velocidades y niveles.

En mi caso fue curioso, por que me tocó un compañero con el cual no me había relacionado hasta el momento. Al principio fue incomodo estar uno frente al otro, era la primera vez que nos veíamos cara a cara, pero conforme íbamos avanzando en las dinámicas, las risas iban quitando nuestra incomodidad. Nos complementamos buscando nuevas posibilidades, nos dedicamos a jugar y explorar como niños. Fue cuestión de unos minutos y ya estábamos corriendo juntos por el espacio, dando vueltas en el piso, saltando y hasta bailando.

Nos volvieron a dividir, esta vez para que uno fuera guiador y el otro el ciego. El guiador, pone un venda en los ojos del ciego. El guiador lleva al ciego a un lugar en el espacio. El ciego va diciendo aquellas sensaciones y emociones que experimenta su cuerpo al ser guiado.

A mi me toco ser el ciego y mi guía me llevo por los jardines del instituto; por dicha andaba descalzo y pude sentir la tierra y el zacate con mis pies, rápidamente me transporte a un prado, junto a la brisa, los pájaros sonando y las plantas rosando distintas partes de mi cuerpo. Me sentí desnudo por un momento, quería sentir con cada una de las partes de mi cuerpo. Mi guía me sentó y me dio en las manos un objeto que parecía ser orgánico, contenía agua, tenia texturas interesantes, era maleable, quise sentir su olor, como sonaba, como se sentía, quise probarlo. Quería descubrirlo con cada uno de mis sentidos y con cada parte de mi cuerpo.

No sentí la necesidad de decir lo que sentía, no me parecía orgánico, por lo cual me dedique a sentir, dejarme permear por las sensaciones y emociones. Tal vez mi compañero esperaba que le fuera diciendo eso que me iba sucediendo, pero no fue así. Al final tenia que decirme todo aquello que había anotado y fue curioso oír que sin que yo dijera nada el anoto muchas de las cosas que estaba sintiendo mientras era el ciego.

Finalizada la actividad, todos nos fuimos al centro y hablamos de nuestras experiencias con el ejercicio.

Segunda Parte Participativa por Mariela Richmond y Rebeca Woodbrige

Nombre de la Actividad: Bioinstalación

Instrucciones:

Llevar las llaves.
Escoger un lugar en el espacio donde nos sintiéramos cómodos.
Manipular las llaves y recordar su sonido específico.
Entregar las llaves a los facilitadores.
Sin poder ver reconocer las llaves cuando el facilitador las hace sonar.
Llevar una lana previamente solicitada por los facilitadores.
Construir una bioinstalación en nuestro lugar, con las cosas que anduviéramos en el bulto y la lana.
Dividir el grupo a la mitad, con las parejas que anteriormente se habían formado.
Hacer uso personal de la bioinstalación propia, mientras la pareja y el grupo comentan acerca de la percepción que tienen de las bioinstalaciones.
Cierre grupal.

Tiempo aproximado: 60 minutos.

Experiencia Personal:

¿Cómo un objeto de uso diario por mucho tiempo, no lo conocemos del todo?. Me refiero a las llaves, sin las cuales no salimos de casa y con las mismas que son necesarias para entrar a ella.

Teníamos que prestarle mucha atención al sonido que producían las llaves cuando las movíamos o agitábamos. El mismo sonido que hace diariamente cuando las tomamos. Luego de familiarizarnos con el sonido y creando una memoria auditiva debíamos de entregarlas a los facilitadores.

De una en una las iban agitando, mientras nosotros los participantes con los ojos cerrados y sentados en el piso debíamos de reconocer el sonido de las llaves cuando las agitaban. Cuando creíamos que eran las nuestras, debíamos de levantarnos sin abrir los ojos. Si lográbamos adivinar cuales eran nuestras llaves, íbamos al grupo de los ganadores; si fallábamos en nuestra elección debíamos de sacar nuestras llaves del bolso en donde estaban todas y ademas el castigo era llevar la merienda compartida del próximo sábado. El resultado fue de nueve ganadores y diecisiete perdedores. Así que la próxima semana tendremos bastante comida en el receso.

Memorice el sonido de mis llaves, ya antes había hecho un ejercicio similar con mis llaves, creía conocer el sonido. Claro, solo dos llaves metálicas, una con forro plástico, un llavero plástico y dos argollas. Ya el sonido lo conocía, cuando las agitaron no dudé en levantarme de prisa, el plástico con el metal producían un sonido característico. Estaba muy convencido de que eran las mías, claro siempre existía una inseguridad en mi, pero estaba casi seguro. Cuando abrí los ojos, no eran las mías, eran unas llaves de un carro con el
mango plástico y una llave metálica. Claramente fallé, mi seguridad me traiciono.

Fotografía tomada por mi, de la actividad de las bioinstalaciones.

La segunda parte de la actividad, consistía en construir una bioinstalación. Con todo aquello que anduviéramos en el bulto y la lana que nos habían pedido. Debíamos de hacerlo en un periodo muy corto de tiempo, o al menos así me pareció.

Fotografía tomada por mi, de una parte de una de las bioinstalaciones.

Abrí mi bulto y categorizé las cosas según su uso. Andaba cosas para el uso cotidiano y personal, otras cosas laborales o de trabajo y oreas de ocio o dispersión. Entonces pensé en construir un habitáculo con esas partes bien definidas, pero que estuvieran al alcance de un área central, algo así como un refugio. Ademas utilicé la estructura del techo para colgar algunos elementos que identificaran las zonas y darle verticalidad a mi bioinstalación.

Fotografía tomada por mi, de la bioinstalación de Ceci.

Dividimos el grupo en dos, teniendo en cuenta que en cada uno debía de estar las parejas que en la actividad anterior habíamos formado. Esto porque ahora íbamos a utilizar personalmente nuestras bioinstalaciónes, mientras nuestra pareja iba diciendo todas aquellas percepciones que tenía del espacio. Luego los demás participantes y tutores opinábamos también.